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¿Por qué una fractura en una extremidad equina es una tragedia?

Dlaczego złamanie kończyny u konia to dramat?

La anatomía no deja dudas

Una fractura en la pierna de un caballo no es solo una lesión grave: es una de las situaciones más difíciles y dolorosas que pueden afrontar el propietario, el veterinario y el propio animal. ¿Por qué? La respuesta está en la anatomía única de las extremidades equinas. Aunque parecen fuertes, en realidad son delicadas y muy exigidas.

1. Todo el peso corporal sobre patas delgadas

Un caballo adulto pesa entre 500 y 600 kg, y todo ese peso descansa sobre cuatro extremidades delgadas. Por ejemplo, el hueso del cañón mide apenas 2,5–3 cm de diámetro. Si el caballo intenta apoyarse en una pata fracturada, puede provocar daños graves en los tejidos y complicaciones adicionales.

2. Sin músculos = sin protección

Por debajo del carpo (patas delanteras) y del corvejón (traseras) no hay músculos, solo huesos, tendones y ligamentos. Esto significa que el hueso no está protegido ni estabilizado. Las fracturas se vuelven abiertas rápidamente, lo que incrementa enormemente el riesgo de infección.

3. Poco riego sanguíneo y escasa cobertura tisular

Las capas externas de tejido en las extremidades inferiores son muy finas. Una fractura puede interrumpir la circulación sanguínea y provocar necrosis (secuestros óseos) fácilmente infectables. En estas condiciones, la curación es extremadamente difícil.

4. El caballo necesita estar de pie para vivir

Los caballos no pueden permanecer mucho tiempo acostados: corren riesgo de cólico, neumonía, úlceras por presión e incluso rabdomiólisis (descomposición muscular). Tras una operación, el caballo debe volver a ponerse de pie lo antes posible y distribuir el peso de forma uniforme. De lo contrario, se producen complicaciones.

5. Circulación dificultada y riesgos vasculares

Las extremidades del caballo juegan un papel activo en la circulación, especialmente en el retorno venoso. El movimiento activa la bomba del casco y la bomba muscular, favoreciendo el flujo de sangre y linfa. Si el caballo queda inmovilizado por una fractura, este mecanismo natural se interrumpe. La circulación se estanca, hay edemas y el microcirculación se ve afectada, lo que dificulta la curación.

6. Sobrecarga en la pierna sana = riesgo de laminitis

Si una extremidad queda inmovilizada, las otras tres soportan todo el peso. La más exigida es la contraria, que corre riesgo de padecer laminitis por sobrecarga, una complicación peligrosa y frecuentemente mortal, con una tasa de mortalidad de hasta el 50%.

7. El precio evolutivo de la velocidad

Para correr rápido, el caballo "adelgazó" evolutivamente sus extremidades inferiores. Esto las hace más ligeras pero también más frágiles. Sus huesos tienen paredes finas y muy poco margen de seguridad. Incluso un trauma leve puede causar fracturas en espiral o con múltiples fragmentos.

8. ¿Reparación? Muy complicada

Los huesos son delgados y las fuerzas que deben soportar, enormes. Los tornillos y placas deben resistir hasta 150 kg por pata, pero a menudo se aflojan, se infectan o se desplazan. El tratamiento requiere cirugía de altísimo nivel y aun así no siempre tiene éxito.

¿Qué dicen las estadísticas?

  • Fracturas cerradas y simples por debajo de la cuartilla: más del 70% de los caballos se recuperan.

  • Fracturas abiertas, múltiples o de huesos largos: solo entre el 12 y el 25% sobreviven, incluso con tratamiento intensivo.

Resumen

Las extremidades del caballo son el resultado de una evolución precisa pero frágil: están hechas para la velocidad, no para la recuperación. La falta de músculo, la fragilidad ósea, la escasa protección de tejidos y la necesidad constante de movimiento hacen que incluso una “fractura menor” pueda ser fatal.

La cirugía moderna, los implantes 3D y la anestesia en pie mejoran el pronóstico, pero solo en casos simples. Cuando la fractura es grave, la eutanasia sigue siendo una decisión frecuente y, a menudo, la más compasiva.